domingo, 18 de octubre de 2015

Tatuaje mental

Tuve una clase con mi alter ego experto en aprovechesutiempo
Una y diez, es re tarde. Mañana me voy a querer matar. 
Ya no quiero más “mañana me voy a querer matar”. Aunque ya falta poco y los mañanas van ser recibidos con ansias. Ansias buenas, eh, estoy seguro. Claro que también temores, pero temores lógicos de un desafío en los lugares correctos. Quiero estar en un lugar correcto gastando, digo, aprovechando mi tiempo. En un lugar incorrecto perder el tiempo es pecado, pero en el correcto una falta de respeto. A uno mismo, eh. No se hieren susceptibilidades ajenas pero poné en alerta las tuyas mejor. Y con correcto me refiero a que estás ahí porque elegís estar ahí.

Don't waste your time or time will waste you”

Como si fuese un tatuaje mental. Leerlo todos los días al levantarme, ponerme las pantuflas y encarar para el baño. Al dejar la puerta de casa, al mirar la hora. Bueno, no, volverme loco no es la idea y yo miro la hora demasiado. La miro porque espero ver otra. Tirar el "bueeno" en voz alta y salir para la parada. O más loco, porque con falta de tiempo y sobra de cosas por hacer o querer hacer uno se siente al roce de eso y no está bueno. No está bueno porque cansa y si cansa demasiadas veces hace mal. Por eso hay que saber reconocer los límites, los ciclos. Que se dé paso a otro porque se quiere dar ese paso. Porque se quiere optimizar cada minuto, cada segundo desde el primero hasta el último de la canción del disco que dura el viaje en bondi.
Y no ese bondi en el que viajás y te preguntás, ante el mismo film de todos los lunes a viernes a las 9 (debería ser a las 8) de la mañana, si de tantas veces que hiciste el recorrido podrías ser chofer de la línea. Medio en joda y medio en verdad. Posta, podés serlo. Pero no, no es tu decisión y el punto está en hacer que cada segundo cuente. En que cuando alguien te pregunte qué hacés vos le respondas con ganas, no encojiendo los hombros sintiéndolo más insignificante de lo que puede llegar a ser.
Hacer que signifique.


lunes, 8 de junio de 2015

Frascos

Pensaste varias veces en llenarlo.

Y después del intento colgaste.

¿Tenés algo para llenarlo?

¿Tenés idea del tamaño que tiene esto como para llenarlo?

¿Tenés idea del tamaño que tiene lo que tenés para llenarlo como para meterlo?

¿Colgaste o arrugaste?

Por lo menos lo pensaste, lo que no hiciste fue arriesgarte.

La puta madre, me salen rimas.

¿Arriesgarte o seguir arriesgando? Creo que la última encaja mejor.

Con gerundio.

Las chances te las das vos.

¿Te das chances muy a seguido?

¿Y si lo llenás con chances?

Aplica para todo.